El
amor es el principio que crea y sustenta las relaciones humanas
con dignidad y profundidad.
El
amor espiritual nos lleva al silencio, y éste tiene
el poder de unir, guiar y liberar a las personas.
El
amor es la base para el principio de ecuanimidad entre el
espíritu y la persona. Cuando el amor está combinado
con la fe, crea una base fuerte para la iniciativa y la acción.
El amor es el catalizador para el cambio, el desarrollo y
los logros.
El amor no es sólo un deseo, una pasión, un sentimiento intenso hacia una persona u objeto, sino una conciencia que es a la vez desinteresada y satisface el propio ser. Se puede sentir amor por el país de orígen, por un propósito apreciado, por la verdad, la justicia, la ética, por las personas, la naturaleza, el servicio a los demás y por Dios. El amor emana de la verdad, y de la sabiduría. El amor basado en la sabiduría es amor real, no es un amor a ciegas. Descubrir los secretos del amor es observar cómo se revelan los secretos de la vida.
El amor no es sólo un deseo, una pasión, un sentimiento intenso hacia una persona u objeto, sino una conciencia que es a la vez desinteresada y satisface el propio ser. Se puede sentir amor por el país de orígen, por un propósito apreciado, por la verdad, la justicia, la ética, por las personas, la naturaleza, el servicio a los demás y por Dios. El amor emana de la verdad, y de la sabiduría. El amor basado en la sabiduría es amor real, no es un amor a ciegas. Descubrir los secretos del amor es observar cómo se revelan los secretos de la vida.
La
base del amor verdadero
La base del amor real entre las personas es espiritual. Ver al otro como un ser espiritual, como un alma, es ver su realidad. Ser consciente de esa realidad es tener amor espiritual: cada persona internamente completa, autónoma, pero al mismo tiempo totalmente interconectada con los demás, reconoce ese estado en el otro. Como consecuencia, hay amor constante y natural. El amor verdadero se da cuando el alma tiene amor hacia el alma. El amor por el alma es eterno, ya que el alma nunca muere. Tal amor es virtuoso y proporciona alegría. El apego a lo perecedero es erróneo y causa sufrimiento.
La base del amor real entre las personas es espiritual. Ver al otro como un ser espiritual, como un alma, es ver su realidad. Ser consciente de esa realidad es tener amor espiritual: cada persona internamente completa, autónoma, pero al mismo tiempo totalmente interconectada con los demás, reconoce ese estado en el otro. Como consecuencia, hay amor constante y natural. El amor verdadero se da cuando el alma tiene amor hacia el alma. El amor por el alma es eterno, ya que el alma nunca muere. Tal amor es virtuoso y proporciona alegría. El apego a lo perecedero es erróneo y causa sufrimiento.
Cuando
prevalece el amor espiritual, es imposible que haya enemistad,
odio, ira o celos. Los sentimientos negativos se transforman
en positivos gracias a la serenidad del amor. En el amor espiritual
hay armonía, ya que el amor elimina las tendencias
a controlar o a ser dependiente, y asegura la bondad, el cuidado
y la comprensión amistosa.
La
serenidad del amor
Amor espiritual significa no fijarse en las debilidades de los demás, sino interesarse en eliminar los propios defectos. El método para hacer eso es revisarse internamente con regularidad para verificar hasta qué punto se ha adoptado el hábito natural de hacer felices a los demás, en vez de hacerles sufrir. Sin embargo, el amor verdadero del corazón también significa que uno no puede soportar el ver las debilidades de aquellos a quienes ama. Hay un deseo puro de corregir lo que no nos parece adecuado. Tal corrección se llevará a cabo, por un lado, con los sentimientos de amor y, por otro, con el poder de las palabras. Debe haber un equilibrio entre los dos. Cuando las palabras son demasiado fuertes o excesivas, el resultado no es satisfactorio. Si las palabras son muy hirientes, el otro puede sentirse insultado o humillado por el autoritarismo. Cuando se consigue el equilibrio correcto entre amor y poder en las palabras se da a los demás la experiencia de compasión, misericordia y beneficio. No importa cuán poderoso o amargo sea el mensaje, conmoverá el corazón del otro y se experimentará su veracidad.
Amor espiritual significa no fijarse en las debilidades de los demás, sino interesarse en eliminar los propios defectos. El método para hacer eso es revisarse internamente con regularidad para verificar hasta qué punto se ha adoptado el hábito natural de hacer felices a los demás, en vez de hacerles sufrir. Sin embargo, el amor verdadero del corazón también significa que uno no puede soportar el ver las debilidades de aquellos a quienes ama. Hay un deseo puro de corregir lo que no nos parece adecuado. Tal corrección se llevará a cabo, por un lado, con los sentimientos de amor y, por otro, con el poder de las palabras. Debe haber un equilibrio entre los dos. Cuando las palabras son demasiado fuertes o excesivas, el resultado no es satisfactorio. Si las palabras son muy hirientes, el otro puede sentirse insultado o humillado por el autoritarismo. Cuando se consigue el equilibrio correcto entre amor y poder en las palabras se da a los demás la experiencia de compasión, misericordia y beneficio. No importa cuán poderoso o amargo sea el mensaje, conmoverá el corazón del otro y se experimentará su veracidad.
Los
seres humanos se han quedado atrapados en un modelo de comportamiento
que ha distorsionado el valor del amor y la capacidad de confiar
mutuamente en los sentimientos e intenciones. En un momento
dado hay amor y en el siguiente, ese amor se rompe, produciendo
un dolor y pesar inmensos. Es como si el intelecto humano
hubiera perdido la conexión con la única Fuente
eterna de amor y se apoyara en los recursos temporales. Como
consecuencia, en lugar de poseer una sola fortaleza y un solo
apoyo de la fuente incondicional, las almas humanas permanecen
sedientas de amor verdadero, y lo anhelan aunque sólo
sea una gota. Sin este amor, siguen buscando y vagabundeando
angustiadas.
La
llama eterna
El mundo piensa en Dios como la máxima fuente de amor, el Océano del Amor, la Llama Eterna. Dios da, de manera incondicional, amor imperecedero, universal y único. Imperecedero porque es ilimitado, constantemente radiante y siempre disponible. Universal porque no tiene límites ni preferencias, emana vibraciones amorosas hacia todas las almas de todas las culturas, razas y credos. Único porque el fuego del amor de Dios limpia el corazón y el alma. Los que se benefician de este amor restablecen los lazos de una relación eterna. Los que experimentan el amor espiritual de Dios, los que “se funden con la Llama Eterna de la Verdad”, se desconectan de toda falsedad. Tales personas han aprendido la primera lección de hermandad universal: que todas las personas sienten amor unas hacia las otras porque son hijas del mismo Padre. A esto se llama amor espiritual.
El mundo piensa en Dios como la máxima fuente de amor, el Océano del Amor, la Llama Eterna. Dios da, de manera incondicional, amor imperecedero, universal y único. Imperecedero porque es ilimitado, constantemente radiante y siempre disponible. Universal porque no tiene límites ni preferencias, emana vibraciones amorosas hacia todas las almas de todas las culturas, razas y credos. Único porque el fuego del amor de Dios limpia el corazón y el alma. Los que se benefician de este amor restablecen los lazos de una relación eterna. Los que experimentan el amor espiritual de Dios, los que “se funden con la Llama Eterna de la Verdad”, se desconectan de toda falsedad. Tales personas han aprendido la primera lección de hermandad universal: que todas las personas sienten amor unas hacia las otras porque son hijas del mismo Padre. A esto se llama amor espiritual.
Cuando
el fuego del amor espiritual se enciende, las personas comienzan
a ejercer el poder de la voluntad para liberarse de la esclavitud
de las gratificaciones momentáneas. Se invierte tiempo
y se hacen esfuerzos para edificar un estado interno en el
que el amor se revele en el rostro y en cada actividad. Con
la comprensión del amor espiritual, las personas se
afectan menos por las circunstancias adversas. Contemplan
las nubes negras y las tormentas como si fueran oportunidades
para ejercitar su fortaleza y recursos internos. Su llama
no se extingue aunque los demás no les ofrezcan amor.
Superan los pensamientos que les pueden llevar a alejarse
de una persona, un lugar o una tarea en particular. En cambio,
existe la fe de que con determinación, sabrán
crear una diferencia significativa y beneficiosa. Cuanto más
esfuerzo se hace para amar, más amor se recibe. La
chispa del esfuerzo es el amor, y verdadero amor por el esfuerzo
significa eliminar cualquier debilidad que obstaculice el
camino del amor.
Existen varios significados del Amor, pero uno muy acertado consiste en que el amor es un concepto universal relacionado a la afinidad entre los Seres humanos. Es interpretado como un verdadero sentimiento relacionado con el afecto y el apego productor y propulsor de emociones, experiencias y actitudes. El Amor es tan complejo que se torna difícil de comprender ya que tales emociones pueden resultar ser extremadamene poderosas.
Es
cierto que el amor encierra muchos conceptos, hay distintos tipos de
amor y también las formas de expresarlo son diferentes. El amor es la
inspiración total a cada acto consecuente para ser felices, y como un
valor, es una fuerte inclinación emocional hacia una persona, es noble y
la fuerza más dinámica que podemos tener para impulsarnos hacia
cualquier clase de bien que conozcamos. Las personas somos sujetos con
derecho amar y a que nos amen tal como somos, nos somos objetos de nadie
y como sujetos somos dueños de nuestros propios actos, propietarios de
sí mismos con la plena capacidad de controlarnos.
El
amor no es una relación, es un estado del ser, tampoco es una
dependencia, el amor no es deseo. Cuando se confunde al deseo, se vuelve
motivo de sufrimiento. También es un valor supremo y en base a la
amplitud de éste, existen diferentes tipos de amor.
El
amor como sentimiento universal es uno de los sentimientos más
maravillosos que el ser humano puede sentir y experimentar. Es
intangible, sin embargo, provoca fuerza y un estado de paz,
tranquilidad, alegría y por lo consiguiente un bienestar generalizado.
El amor todo lo puede, todo lo aguanta; cuando hay amor hay esperanza,
la perspectiva hacia la vida cambia las actitudes se vuelven positivas
recordando aquel momento o persona con una sensación de felicidad
circunstancial, cada detalle de los acontecimientos causan placer tan
solo el que pasen por nuestra mente, cada lugar y cada momento y cada
cosa nos hace sentir el amor que vivimos. Gracias al amor tenemos el
valor de afrontar cualquier obstáculo, somos capaces de perdonar, cuando
hay amor no se ven los defectos ni los errores, solo se espera
ansiosamente el momento para disfrutar a la persona o circunstancias
causales del amor que se sentimos. Cada minuto se pasa como un
relámpago, las horas se van tan rápido que el tiempo parece no existir.
No quisiéramos que el tiempo avanzara para no deshacer aquellos momentos
maravillosos.
El
sentimiento del amor nos envuelve poniéndonos una venda en los ojos
para no ver defectos y, se puede decir que hace que nos enajenemos de la
realidad viviendo un sueño con cosas fascinantes y eso hace que se
logre el verdadero disfrute en cada acción manifestada se vuelve fuerza
cuando el amor resulta verdadero, cuidamos cada detalle para que no se
esfume de nuestra vida. El amor lo hacemos tan preciado que lo
aquilatamos como el elemento más valioso que existe. El amor nos
envuelve con su magia poderosa para dejarnos llevar por él como el
viento a una pluma, nos levanta para vivir y nos da la fortaleza y
fuerza para lograr ser felices. Nos abraza con su dulzura y su ternura
removiendo hasta el más oculto de los sentimientos formándonos una
coraza para que nadie, ni nada atente contra él.
Sin
embargo, cuando el amor se apodera de nosotros con tanta fuerza, si no
se fortalece el amor termina por difuminarse e irse de nuestra vida,
para regresar a nosotros en otro tiempo inesperado. No se sabe el
momento en que volverá a presentarse y más aún, cuando se le ha
lacerado.
No
obstante, el valor del amor es generoso y nos da la oportunidad de
volver a buscarlo y traerlo de vuelta a nuestra vida, solo el tiempo es
el único que nos llevará hacia él. Es el único que se encarga de poner
en nuestro camino por la vida otra persona capaz de cuidar y consentir
al amor. Cuando uno menos se lo espera la vida nos tiene preparada una
sorpresa que nos hará olvidar el pasado. Llegará a nosotros una nueva
persona o acontecimientos capaces de revivir ese sentimiento tan
maravilloso que es el amor.
Sin
duda que el amor se tornará más fuerte y se adherirá a nosotros con tal
fuerza con la que llegó, esperando que lo procuremos, consintamos y le
demos su lugar en nuestra mente y corazón como él se merece; para
provocar los tan esperados momentos inimaginables.
No
olvidando que cuando el amor queda lacerado, él mismo, no quiere saber
nunca más de la persona y los momentos que lo lastimaron dejando en él
heridas que solo el tiempo podrá sanar. Sin embargo para que llegue el
saneamiento a ese amor lastimado, solo el tiempo lo podrá hacer, y se
encargará de traer a nuestra vida a una nueva persona que sí lo sepa
valorar, procurar y cuidar para hacer renacerlo.
Pues
bien, es así como cada persona tiene la libertad de escoger y acoger a
su vida a ese hermoso valor del amor, que conlleve al goce y disfrute
total de los momentos mágicos que se presentan en nuestra vida.
El
ser humano necesita del amor para poder vivir. Si no existe el amor en
nuestras vidas, no hay nada, si uno no es capaz de amarse a sí mismo, no
puede amara ni dar amor a los demás. Porque cuando uno está
acostumbrado a recibir amor, uno se enriquece y se fortalece para vivir
nuestra vida y ser feliz de la mejor manera posible. De uno depende que,
tanto tiempo se hospede en nuestra mente y corazón. Si es a corto, a
mediano, o a largo plazo, de tal suerte que sirva de motor para alcanzar
nuestros objetivos por convicción y no por obligación.
Tener
el deseo de amar de verdad consiste, en siempre ir en busca de un nuevo
amor que sea capaz de hacernos vibrar de emoción y de placer,
haciéndonos desbordar todo lo que podemos brindarle al amor. De tal
suerte, que cuando al amor que ha sido lastimado éste, procurará no
darle cabida a esa persona que no lo supo valorar y tratar con
delicadeza, queda hermético e incluso radical, para darle la bienvenida a
un nuevo ser que de verdad quiera atesorarlo en su mente y corazón y
que vuelva a formar parte de su vida.
En
lo personal considero que el amor no es una fáb
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